Sociedades de inversión abiertas y cerradas: claves para elegir

Al considerar invertir tu dinero, es fundamental comprender las diferentes opciones disponibles. Un popular método para la inversión colectiva es a través de sociedades de inversión abiertas y cerradas. Estas empresas se dedican a gestionar el capital de varios accionistas para generar ganancias mediante la inversión en diversos activos como acciones, bonos o bienes raíces.

Sociedades de inversión abiertas, conocidas comúnmente como fondos mutuos, tienen un sistema flexible que permite la compra y venta constante de sus propias acciones. Esto significa que los inversores pueden adquirir o deshacerse de sus participaciones en cualquier momento a través del fondo. A su vez, el precio de las acciones se determina en función del valor neto de los activos que posee el fondo.

Por otro lado, sociedades de inversión cerradas realizan una sola emisión inicial de acciones a los inversores al momento de su creación. Estas acciones no son reembolsables y luego cotizan en bolsa como cualquier otra acción, con un precio fluctuante determinado por la oferta y demanda en el mercado.

Esta distinción entre las dos categorías tiene implicaciones importantes para los inversores, afectando tanto su posibilidad de acceso a las ganancias como la gestión de riesgos.

Es esencial comparar las características específicas de cada tipo de sociedad, además de sus estrategias de inversión, antes de tomar una decisión.

Contenidos
  1. Sociedades de inversión abiertas
  2. Acciones negociables
  3. Valores netos
  4. Sociedades de inversión cerradas
  5. Oferta inicial única
  6. Precio por oferta y demanda
  7. Riesgo potencial de desfase
  8. Conclusión

Sociedades de inversión abiertas

Las sociedades de inversión abiertas, o fondos mutuos, son un instrumento popular para la diversificación y el crecimiento del capital a largo plazo. Su estructura flexible permite a los inversores comprar o vender acciones en cualquier momento durante el ciclo operativo del fondo, lo que genera una mayor liquidez en comparación con las sociedades de inversión cerradas.

Un beneficio significativo de los fondos mutuos es que están gestionados por profesionales expertos en mercados financieros, quienes buscan generar los mejores rendimientos posibles para sus accionistas.

Además, la naturaleza colectiva de la inversión permite a los inversores acceder a una cartera diversificada de activos con una aportación relativamente pequeña. Esto significa que, incluso con un presupuesto limitado, se puede invertir en diferentes sectores y clases de activos, reduciendo la exposición al riesgo específico de cada inversión individual.

Acciones de inversión: activo o pasivo según la normativa
Acciones de inversión: activo o pasivo según la normativa

El valor de una acción de un fondo mutuo se calcula diariamente en función del valor neto de los activos que posee el fondo y se comunica a los inversores de manera regular. Esto proporciona transparencia y permite a los inversores mantenerse actualizados sobre la evolución de su inversión.

Acciones negociables

La flexibilidad en las sociedades de inversión abiertas, conocidas como fondos mutuos, es una de sus grandes ventajas en el mundo financiero. A diferencia de otros tipos de inversiones, sus acciones son negociadas continuamente en el mercado, lo que permite a los inversores comprar y vender participaciones a lo largo del día. Este dinamismo está determinado por el valor neto por unidad, el cual se calcula considerando el patrimonio neto del fondo, es decir, el valor total de sus activos menos las deudas.

Esta estructura proporciona a los inversores la libertad de ajustar sus posiciones según sus necesidades y estrategias financieras. Al poder operar en tiempo real, los participantes pueden reaccionar rápidamente a las fluctuaciones del mercado y tomar decisiones informadas sobre sus inversiones. La capacidad de comerciar con acciones a lo largo del día no solo facilita el acceso a los mercados, sino que también fomenta un ambiente de inversión más ágil y adaptable.

Las acciones de un fondo mutuo representan una parte proporcional de la compañía y confieren derechos a quienes las poseen, tales como la participación en las ganancias generadas en cada período. Este acceso a las ganancias es un atractivo clave para los inversores, quienes buscan maximizar su retorno de inversión. Al cotizar sus acciones en mercados regulados, los fondos mutuos garantizan un proceso transparente y confiable para la compraventa de participaciones, lo que genera confianza entre los inversores.

El cálculo diario del valor de la acción no solo refleja el desempeño del fondo, sino que también proporciona información crucial sobre su capacidad para generar rentabilidad para los socios. De esta manera, los inversores pueden evaluar de manera constante la salud financiera del fondo y tomar decisiones basadas en datos precisos y actualizados.

Valores netos

Un aspecto crucial a considerar al invertir en sociedades de inversión abiertas es el valor neto por acción.

Este valor, calculado diariamente, refleja la realidad económica del fondo, representando el valor total de sus activos menos las obligaciones pendientes (deudas). En otras palabras, representa cuánto vale cada unidad o acción de un fondo mutuo a través de su rentabilidad.

Observar este valor neto nos ofrece una imagen detallada del desempeño del fondo. Un aumento en el valor neto indica que el fondo está generando ganancias para sus accionistas, mientras que una disminución puede sugerir dificultades o pérdidas. El seguimiento periódico del valor neto permite a los inversores evaluar la efectividad del gestor y tomar decisiones informadas sobre su inversión.

Sociedades de inversión cerradas

En contraste con las sociedades de inversión abiertas, tenemos las sociedades cerradas. Estas se caracterizan por realizar una sola oferta inicial de acciones a los inversores al momento de su fundación. Una vez emitidas, estas acciones no son reemitidas y se negocian posteriormente en el mercado de valores como cualquier otra acción.

Su precio fluctúa según la oferta y demanda, no necesariamente reflejando directamente el valor neto de sus activos, a diferencia que ocurre con las sociedades abiertas. Esta característica introduce un mayor grado de riesgo para los inversores en sociedades cerradas.

Las acciones de estas sociedades se cotizan en bolsa, lo que permite a quienes posean alguna comprarlas o venderlas entre sí según la valoración del mercado.

Oferta inicial única

Las sociedades de inversión cerradas se diferencian notablemente de otros vehículos de inversión, como los fondos mutuos, por su particular estructura de emisión de acciones. Al momento de su fundación, estas sociedades lanzan un conjunto único de acciones al mercado, y una vez que estas se colocan entre los inversores, no emiten nuevas participaciones. Esta característica fundamental marca un punto de inflexión en la dinámica del mercado y en el comportamiento de los precios de las acciones.

A diferencia de los fondos mutuos, que pueden emitir y retirar acciones de forma continua en respuesta a la oferta y demanda del mercado, las sociedades de inversión cerradas se apegan a un suministro fijo de acciones. Esta limitación en la oferta conduce a una menor volatilidad en el corto plazo. La ausencia de nuevas entradas o salidas de capital, consecuencia de la falta de emisiones adicionales, tiende a estabilizar el precio de las acciones, ya que no se ven afectadas por el flujo constante de nuevos inversores o reembolsos.

Además, esta estructura puede influir en la valoración de las acciones. En muchos casos, las acciones de las sociedades de inversión cerradas pueden cotizar a una prima o descuento frente a su valor liquidativo (NAV, por sus siglas en inglés), ya que el precio de mercado no está determinado únicamente por el valor de los activos subyacentes, sino también por la percepción y demanda del mercado. Los inversores deben tener en cuenta esta dinámica al considerar la compra o venta de acciones de una sociedad de inversión cerrada.

La oferta inicial única de acciones en las sociedades de inversión cerradas les confiere características distintivas que pueden ser atractivas para ciertos inversores. La menor volatilidad a corto plazo y la necesidad de considerar la relación entre el precio de mercado y el valor liquidativo son aspectos clave que deben evaluarse al explorar las oportunidades de inversión en este tipo de vehículos.

Precio por oferta y demanda

A diferencia de las sociedades de inversión abiertas, donde el precio de las acciones está vinculado al valor neto del activo, en las sociedades cerradas la fluctuación del precio se determinará principalmente por la dinámica de oferta y demanda en el mercado bursátil.

Esto significa que el precio de acciones no siempre reflejará el valor real de los activos que posee la compañía, ya que factores externos como la percepción del mercado, las noticias económicas o la confianza general pueden influir en su cotización.

Esta mayor fragilidad puede generar oportunidades para inversionistas hábiles, pero también conlleva un riesgo adicional al estar expuestos a fluctuaciones especulativas y no solo a la representación real de la sociedad de inversión.

Riesgo potencial de desfase

Al considerar invertir en sociedades de inversión cerradas, es crucial comprender el potencial riesgo de desfase que puede existir entre el valor neto de los activos y el precio del mercado de las acciones.

Mientras que en las sociedades abiertas este valor suele estar más alineado, debido a la vinculación directa con el valor neto diario, en las cerradas, una serie de factores como especulación o volatilidad en el mercado pueden hacer que las acciones se negocien a precios superiores o inferiores a su valor intrínseco.

Este desfase puede generar pérdidas para los inversores si deciden vender sus acciones cuando están subvaloradas, o pérdidas potenciales si la sociedad no logra rebasar las expectativas de mercado y el precio de las acciones cae por debajo del valor real de los activos.

Conclusión

Las sociedades de inversión, ya sean abiertas o cerradas, presentan un abanico de posibilidades para aquellos interesados en incrementar su capital mediante la inversión profesional. La flexibilidad y liquidez de las sociedades abiertas son atractivas para inversores que buscan accesibilidad, mientras que las cerradas pueden ofrecer oportunidades con un perfil de riesgo más elevado. Considerar cómo estas características se alinean con tus objetivos financieros es crucial para una toma de decisiones informada.

Es esencial profundizar en los aspectos distintivos de cada tipo de sociedad para maximizar el rendimiento de tus inversiones. La naturaleza dinámica del mercado implica que los precios de las sociedades cerradas pueden no reflejar el valor intrínseco de los activos, lo que puede representar tanto una oportunidad como un riesgo. Por lo tanto, entender las tendencias del mercado y llevar a cabo un análisis exhaustivo es fundamental para evitar sorpresas desagradables y disfrutar de un crecimiento sostenible.

Para finalizar, no subestimes la importancia de aprender y adaptarte al escenario de inversión. La investigación activa y la evaluación continua de opciones pueden ser determinantes en tu éxito financiero. Te invitamos a explorar más sobre las distintas sociedades de inversión y a considerar cuál se adapta mejor a tu perfil. Comienza hoy mismo a diversificar tu portafolio y aprovecha al máximo las oportunidades que el mercado tiene para ofrecerte.

Sofia Torres

Sofia Torres

Apasionada por la educación financiera y comprometida en ayudar a las personas a tomar decisiones informadas sobre sus finanzas.

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